El punto G: cómo encontrarlo y cómo estimularlo

¿Qué es el punto G?

El punto G es un punto o una zona del interior de la vagina situada en la pared anterior [1]. La estimulación de esta zona provoca una respuesta de excitación sexual. En los años 50, el ginecólogo alemán Dr. Ernst Gräfenberg fue el primer profesional médico que identificó esta zona en un artículo científico. Esto llevó a que autores posteriores se refirieran a esta zona anatómica como el “punto de Gräfenberg”, nombre que con el tiempo se abrevió a “punto G”. Aunque el punto G es conocido por su relación con los orgasmos y el squirting, sigue siendo un tema de debate.

El punto G ha sido estudiado desde diversas perspectivas por la comunidad científica, desde estudios con imágenes médicas, exploraciones anatómicas, disecciones de cadáveres y encuestas de autoconciencia. Sin embargo, los datos obtenidos arrojan conclusiones contradictorias. [4] Los investigadores que creen en su existencia afirman que se trata de un saco con tejido similar al cavernoso en la pared anterior de la vagina [2]. Sin embargo, en un estudio más reciente no se encontró pruebas anatómicas de dicha estructura [3], mientras que en otro se la identificó en aproximadamente la mitad de los cuerpos que se estudiaron [4]. 

Por último, en una revisión sistemática de 2021 sobre el punto G se señaló que éste podría no ser un punto de placer independiente, sino más bien una zona próxima a la parte interna de la estructura del clítoris, si es que realmente existe en la mujer [5]. Aunque los científicos debaten sobre la ubicación, el tamaño, la función o incluso la existencia del punto G [5], nadie puede discutir que las vulvas y las vaginas están llenas de puntos sensibles de placer que se sienten de maravilla cuando se estimulan.

¿Dónde está tu punto G?

El punto G indica una zona situada a unos 5 a 8 centímetros o 2 a 3 pulgadas dentro de la vagina [5]. Sin embargo, la localización exacta puede variar de una mujer a otra, ya que la anatomía de cada una es ligeramente diferente.

Es importante tener en cuenta que no todas experimentan placer cuando se estimula la zona del punto G. Si sientes poca sensibilidad al estimular esa zona o nunca has experimentado un orgasmo a través del punto G, no hay motivos para preocuparse. Nuestros cuerpos son únicos, ¡y las zonas erógenas que nos proporcionan placer pueden variar mucho!

Cómo estimular el punto G

¿Quieres explorar tu zona de placer y estimular todos los puntos adecuados? Ya sea sola o con tu pareja, aquí te compartimos algunos consejos ardientes para llevar tu experiencia al siguiente nivel al estimular tu punto G.

Realiza juegos previos

Para disfrutar al máximo la estimulación del punto G, es fundamental dedicar tiempo a los juegos previos antes de intentar cualquier tipo de penetración. Si estas sola o con tu pareja, tómate un tiempo para estimularte y aumentar la excitación. Juega con tus pechos y los pezones, si es algo que te gusta, estimula tu clítoris y tu vulva, y explora otras zonas erógenas de tu cuerpo antes de profundizar en la experiencia.

Utiliza lubricación

Cuando se trata de sexo con penetración, añadir un poco de lubricante puede ser una gran idea, incluso si ya tienes una buena lubricación natural. Ayudará a que todo suceda con mayor facilidad, potenciará las sensaciones y lograrás que la experiencia sea aún más placentera.

Algunos de los mejores lubricantes son a base de agua. Usarlos tiene varias ventajas, como la facilidad con la que se limpia y que no mancha la ropa ni las sábanas. También son estupendos si tienes la piel sensible, ya que no te causarán irritación. Para utilizarlos, aplica previamente un poco en tus dedos o en los de tu pareja, en el juguete sexual o en el pene. Puedes volver a aplicar más lubricante más tarde si crees que lo necesitas.

Encuentra el tipo de estimulación adecuado

Como ya hemos comentado, el punto G está situado unos centímetros en el interior de la vagina, en la pared anterior. Introduce uno o dos dedos y realiza un movimiento de “ven aquí” para explorar las sensaciones al estimular esa zona. Ten paciencia contigo y mantén una actitud abierta a la experimentación. Puede que te tome un tiempo encontrar la estimulación más placentera.

Puede que quieras probar con diferentes velocidades, alternar entre movimientos más lentos y más rápidos. También podrías sentirte más cómoda al hacer círculos alrededor de la zona o moverte de lado a lado en lugar de hacer el gesto de “ven aquí” con los dedos. ¡Experimenta y diviértete!

Juega con la presión

La presión puede ser la clave para sacar el máximo partido a la estimulación del punto G. Al estimular la zona, comienza con una ligera presión y aumenta gradualmente a medida que avanzas.

La constancia es fundamental

Para muchas mujeres, la clave para alcanzar el orgasmo es la estimulación erógena, encontrar lo que las hace sentir bien y seguir con ello hasta llegar al clímax. Es posible que te resulte más fácil encontrar y mantener el ritmo, la presión y la estimulación cuando estás a solas, mientras que con tu pareja podrías necesitar más comunicación. Sé muy clara con tu pareja sobre el tipo de estimulación que te resulta más placentero y pídele que continúe con lo que está haciendo en lugar de cambiarlo.

Las mejores posturas sexuales para estimular el punto G

Algunas posturas sexuales pueden funcionar mejor que otras para la estimulación directa del punto G. Las mejores posturas serán aquellas que te proporcionen el mayor control sobre los movimientos de la cadera y el acceso al clítoris y ofrezcan un ángulo en el que la pared anterior de la vagina reciba la mayor estimulación. Aquí tienes cuatro opciones que combinan los cuatro elementos y que quizá quieras probar.

1. Posición de la cucharita

La posición de la cucharita es ideal por el ángulo, ya que la pareja que penetra estimula repetidamente la pared anterior, justo donde se encuentra el punto G. En esta posición, la pareja receptora tiene la libertad de mover las caderas para añadir más estimulación. Ambos miembros de la pareja tienen fácil acceso al clítoris, lo que puede aumentar enormemente el placer.

Para adoptar esta postura sexual, ambos se acuestan de lado, como si estuvieran abrazados. La pareja que penetra se coloca detrás de la pareja receptora y realiza la penetración desde atrás.

2. Posición speed bump (del reductor de velocidad)

La posición sexual speed bump ofrece un excelente ángulo de penetración y permite que la pareja que penetra estimule repetidamente la pared anterior, justo donde se encuentra el punto G. También es una postura con fácil acceso al clítoris para una estimulación extra. Puedes colocar una almohada debajo de las caderas para elevarlas más si deseas un ángulo de penetración más profundo.

Para adoptar esta postura, la pareja receptora se acuesta boca abajo, mientras que la pareja que penetra se coloca encima y realiza la penetración por detrás. La pareja receptora puede mantener las piernas abiertas o mantenerlas juntas. Ambos miembros de la pareja pueden deslizar una mano alrededor de la pareja receptora para estimular su clítoris y aumentar así el placer.

3. Posición del perrito

El estilo perrito es muy versátil y hace maravillas para la estimulación del punto G. Ofrece a ambos miembros de la pareja mucho control sobre la profundidad y los ángulos, y tiene muchas variaciones. Además, facilita el acceso al clítoris para ayudar a que el sexo sea más placentero para la pareja receptora.

Para adoptar esta postura sexual, la pareja receptora se coloca sobre sus manos y rodillas. La pareja que penetra se arrodilla (o se pone de pie) detrás y realiza la penetración. Si la pareja receptora arquea la espalda en esta posición, podría ofrecer una estimulación más directa de la pared anterior. Si la pareja receptora se apoya en los antebrazos en lugar de apoyarse en las manos, profundiza el ángulo de penetración. Es una buena idea jugar con diferentes variaciones para encontrar la que mejor te funcione.

4. Posición de la vaquera

La posición sexual de la vaquera da mucho control a la pareja receptora (o superior) sobre los movimientos, la profundidad de la penetración y la velocidad. Para aprovechar al máximo esta posición para la estimulación del punto G, en lugar de moverse de arriba a abajo, la pareja que está arriba debería enfocarse en moverse hacia adelante y hacia atrás.

Para adoptar esta postura, la pareja que penetra se acuesta boca arriba. La pareja receptora se sienta sobre las caderas de su pareja mirándola de frente. La pareja acostada puede quedarse quieta y dejar que la de arriba haga todo el trabajo, o puede empujar las caderas hacia arriba. Ambos miembros de la pareja tienen acceso al clítoris en esta posición para obtener más placer.

¿Se sienten más los orgasmos del punto G?

Las pruebas sobre la existencia y naturaleza del punto G son contradictorias, lo que dificulta comparar la intensidad de sus orgasmos con los del clítoris. Algunas personas afirman que los orgasmos vaginales sí son diferentes: duran más, son más intensos y fuertes y proporcionan una experiencia corporal completa [6]. Sin embargo, si bien el punto G es en realidad una forma de estimulación interna del clítoris, como sugieren algunos científicos, los orgasmos que generan serían clitorianos y no vaginales. Mientras lo estés pasando bien, en realidad no importa si un orgasmo es más fuerte que otro. Tienes que hacer lo que te guste.

La estimulación del punto G ¿puede hacerte experimentar un squirt?

El squirting es la liberación de un líquido transparente provocada por la estimulación de los genitales femeninos [7]. Puede o no inducir o acompañar un orgasmo, y no todas las mujeres lo experimentan. En un estudio realizado en Estados Unidos se reveló que aproximadamente el 40 % de las mujeres afirmaron haber experimentado el squirting [8].

Muchas personas creen que la estimulación del punto G es la manera de provocar el squirting, pero no es tan simple. En la misma encuesta realizada en Estados Unidos, se mencionaron diferentes técnicas para ayudar a experimentar el squirting, entre ellas la presión dentro de la pared vaginal y la estimulación del clítoris por sí sola [8].

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